Sinopsis
DESPERTAR, SIN DEJAR DE DORMIR
Sí, oí al niño decir que me salían hormigas de la nariz. Incluso vi cuando me señalaba con el dedo, y a su madre contestarle sin apenas levantar la vista de la revista: serán pelillos, lo que le sale de la nariz. Traté de llevarme la mano a la cara, pero me fue del todo imposible. He de corregir esta manía mía de esconderme en las estatuas de bronce de las ciudades. He de acostumbrarme a estar muerto.
Manolo Royo
PERFILES Y TRIBUTOS A LOS GRANDES ESCRITORES
POR EL MANOLO ROYO MÁS FILÓSOFO