Sinopsis
Como tantos otros niños nacidos en los ochenta, Toño vive en una gran ciudad, pero los veranos los pasa en el pueblo de sus padres, en casa de los abuelos, rodeado de primos. En Almazán, ese «pelotón» de siete chavales disfruta cada año, siempre a lomos de sus siete bicicletas, de las mil aventuras que propicia vivir en un ambiente con reglas más relajadas. Años más tarde, Toño irá redescubriendo la bici como la mejor manera de moverse en su día a día, como el motivo ideal para hacer inolvidables viajes o como el nexo que le permite conectar con la naturaleza y admirar la grandiosidad de las montañas. En paralelo, Toño, funcionario del Ministerio de Transportes, recibe el encargo de coordinar las políticas del Gobierno en torno a la bici. Pero también la bicicleta estuvo a punto de provocar una tragedia que solo un milagro evitó.
Este libro no es únicamente un homenaje y un agradecimiento a ese maravilloso artilugio de dos ruedas, sino también un ejercicio de nostalgia de cómo nos educaron a quienes crecimos en los ochenta y los noventa, además de una demostración de que merece la pena perseverar para poder acabar trabajando en lo que te apasiona.